La situación personal que vives en casa te saca de quicio. No eres capaz de mantener la vida calmada, tranquila y reflexiva que siempre has deseado y que por un momento llegaste a tener. Malas noticias: has de esperar para recuperarla, no te queda otra opción. Deja que los días pasen sin pensar demasiado en la rutina, de lo contrario volverás a caer en ese vacío que tanto daño te hace: no pienses y actúa. Además puedes refugiarte en tu pareja cuando te sientas tan mal que apenas te queden fuerzas. Ella siempre te aparta del abismo.